El Valle de Uco mendocino es sin lugar a dudas el terruño vitivinícola argentino que en los últimos años ha dado vida a los vinos más emblemáticos, diversos y aplaudidos del país.
El Valle de Uco -explica Quentin Pommier enólogo, ha sido “moldeado” por el río Tunuyán y sus afluentes, los cuales atraviesan este río en dirección sur-oeste y norte-este. Es un valle asimétrico que cubre un área de 115 km en dirección norte-sur y que limita al oeste con la parte frontal de la Cordillera de los Andes y al este con una serie de cerrillos.
La forma oblicua de las Sierras del Totoral que se encuentran en la parte frontal de la cadena montañosa encierra el valle al norte; mientras que al sur, limita con la elevación de la meseta del Guadal. El valle incluye tres departamentos: Tupungato al norte, Tunuyán en el centro y San Carlos al sur. Todo el valle se caracteriza en líneas generales por poseer suelos ricos y fértiles. Por eso, para encontrar suelos pobres, aluviales y de grava -ideales para la vid- hay que alejarse de estos distritos y aventurarse al oeste de Tunuyán, acercándose a los pies de la Cordillera. Donde se encuentran algunas plantas y arbustos nativos, los únicos capaces de tolerar estas condiciones extremas. Uno de esos arbustos es el Chacay (Discaria Trinervis), una planta arbustiva con hojas pequeñas y un tronco espinoso que otorga a esta localidad única y extrema el nombre de Chacayes.
Si hablamos de los suelos, Pommier explica que los suelos de la IG se forman a partir de elementos transportados por el río Arroyo Grande, que nace del deshielo de la nieve de la parte frontal de la montaña (Cordón del Portillo). El arroyo transportó principalmente riolita, granito y algunas rocas metamórficas. Por lo que esos depósitos aluviales y coluviones fueron depositados en dirección al este, formando algo similar a un abanico. Las rocas más grandes formaron los suelos de la parte alta, en el oeste, mientras que las partículas más finas terminaron su trayecto en las planicies, enriqueciendo sus suelos. Los suelos de Chacayes están formados, en consecuencia, por gruesos depósitos aluviales y coluviones.
Los vinos de estas zonas tienen “carácter y personalidad que los distingue de otras zonas, ya que en general ofrecen una expresión aromática más fresca, con presencia de hierbas de montaña y en el caso de los tintos con notables taninos firmes, una profundidad de color y con una buena estructura en boca”.
Fuente: https://www.vinetur.com/2022051169052/los-chacayes-el-sabor-extremo-del-valle-de-uco.html