Representa casi una cuarta parte del área destinada a la vitivinicultura en Argentina y más del 40% de todas las uvas tintas cultivadas en el país.

El Malbec argentino consolida su posición de liderazgo en la industria vitivinícola del país, con un notable crecimiento en su superficie de cultivo y producción. Este varietal es de origen francés, de la región de Burdeos. Llegó a la Argentina en el siglo XIX de la mano de inmigrantes franceses -liderados por el agrónomo Michel Aimé Pouget-, donde encontró un ambiente propicio para su desarrollo.

Las condiciones climáticas y geográficas, especialmente en regiones como Mendoza, ofrecen un clima seco y soleado, así como una variedad de altitudes que resultan ideales para el cultivo de la vid. Fue allí donde el Malbec encontró su verdadero hogar y se adaptó excepcionalmente bien. 

Hacia finales del siglo XX y principios del XXI, los Malbec de Argentina ganaron reconocimiento internacional gracias a su excelente calidad y su inconfundible carácter. Mercados como Estados Unidos y Europa se rindieron ante la calidad y el valor de estos vinos.

Hoy, con 46.941 hectáreas plantadas, el Malbec representa casi una cuarta parte del área destinada a la viticultura en Argentina y más del 40% de todas las uvas tintas cultivadas en el país, según Wines of Argentina (WofA), institución responsable de la promoción del vino argentino en los mercados mundiales

Este aumento del 195% desde 2010 demuestra su continua expansión. En términos de distribución geográfica, la provincia de Mendoza lidera con una abrumadora mayoría, siendo responsable del 84.4% del cultivo de Malbec, seguida por San Juan y Salta. En cuanto a la producción, Mendoza también encabeza la lista, contribuyendo con más del 80% del total nacional.

En el ámbito de las exportaciones, el Malbec argentino sigue siendo altamente demandado en el mercado internacional. En 2023, se vendieron más de 1.2 millones de hectolitros de Malbec en el extranjero, representando casi el 70% del volumen total de vinos varietales exportados, por un valor de más de 410 millones de dólares. 

Estados Unidos lidera como el principal destino para el Malbec fraccionado, seguido por el Reino Unido y Brasil, entre otros.

El 17 de abril de 2011 quedó marcado como el Día Mundial del Malbec, designado por la Organización Internacional del Vino y la Vid (OIV). La fecha es especial para las bodegas argentinas, que aprovechan esta época del año para vanagloriar una de las cepas preferidas por los argentinos.

Eduardo Tuite Gamboa, dueño de Bodega Gamboa, sostiene que Argentina ganó un lugar en el mundo de la mano del Malbec. “En las ferias más importantes del planeta se busca la Argentina y sus Malbecs. Argentina es Malbec. Es la variedad elegida por los productores y los consumidores. Por eso es la más plantada y la más consumida”, enfatiza.

“Es también la más versátil del país. Y este año, nuestra cepa insignia tendrá más de 20 eventos oficiales alrededor del mundo en los principales destinos de exportación para el vino argentino. Desde Estados Unidos al Reino Unido y desde Canadá a Brasil y China”, agrega Tuite Gamboa.

Un vino con historia

“El Malbec es el ejemplo más claro de una variedad que tiene historia, que se mantiene vigente y que todavía tiene mucho para mostrarle al mundo”, dice Alberto Arizu, CEO de Luigi Bosca. Tal es la importancia que tiene el Malbec para Luigi Bosca que, a fines de los 80′, cuando la tendencia mundial marcaba el camino hacia el vino varietal, la bodega fue protagonista en la creación de la Denominación de Origen Controlada de Latinoamérica con el propósito de establecer los parámetros de elaboración de la variedad Malbec, proteger el terruño de Luján de Cuyo e instaurar un estándar de calidad.

De esta manera, y gracias al trabajo impulsado por el Consejo de Denominación, se logró hacer visibles el carácter y la personalidad del Malbec de esta región y así mostrarle al mundo que no todos los Malbec son iguales y que cada uno es un fiel representante de su terruño de origen.

“La creación de la DOC fue sin dudas uno de los hitos más significativos en la historia de la vitivinicultura nacional. Pero desde Luigi Bosca nunca nos detuvimos en la búsqueda y exploración de nuevos terroirs, por ejemplo, en el Valle de Uco”, asegura Arizu. “El Malbec es una variedad que no tiene techo, que por su plasticidad y buena adaptación a las condiciones de nuestro país tiene la capacidad de mostrar una enorme diversidad de estilos y responder de manera positiva a las demandas de consumo actuales”, completa Arizu.

En esta fecha tan especial, desde la bodega invitan a redescubrir el Luigi Bosca De Sangre Malbec D.O.C, “un vino con historia que refleja la determinación, la persistencia y la perseverancia propias del ADN de la bodega, y que sigue conquistando los paladares más exigentes del mundo”, precisan.

Luigi Bosca De Sangre Malbec D.O.C 2021 es un Malbec elaborado bajo las pautas de la Denominación de Origen Controlada Luján de Cuyo, fruto de parcelas especialmente elegidas de fincas situadas en Las Compuertas, Vistalba y Agrelo. Se destaca por su color rojo violáceo profundo y brillante. Sus aromas son equilibrados, con notas de frutas rojas y negras, y especias dulces. En boca es refrescante y voluptuoso, con taninos finos y delicados. De paladar franco y expresivo, con carácter y tipicidad, y un final profundo con suaves tonos ahumados de la crianza en barricas de roble.